Este ha sido el mayor accidente ferroviario en la historia de Grecia y la peor en Europa en los últimos diez años, dejó ayer miércoles al menos 38 muertos y ha abierto numerosas interrogantes sobre los errores que llevaron al choque frontal de estos trenes. El tren de pasajeros viajaba de Atenas a Tesalónica.
El fatídico choque se produjo poco antes de la medianoche, hora local (22.00 GMT), cuando dos trenes uno con 342 pasajeros y 10 empleados ferroviarios y otro de carga con dos maquinistas se estrellaron al norte de Larisa, en Grecia central.
Al momento 57 personas continúan hospitalizadas, seis de ellas en cuidados intensivos. Muchas de las víctimas eran jóvenes universitarios que volvían a Salónica tras un puente festivo.
Las autoridades han pedido a la familia de los viajeros que den pruebas de ADN porque muchos de los cuerpos encontrados están tan desfigurados que no pueden ser identificados de otra manera.
En ese mismo orden, familiares de los jóvenes que viajaban en el tren han acudido al hospital de Larisa con fotografías porque sus parientes no figuran ni entre los muertos ni entre los heridos.